jueves, 9 de agosto de 2012

A pocos días de Leonel dejar el poder los pobres aún cifran sus esperanzas en él


Todo ocurre como si el 16 de agosto viniera un diluvio que nos llevará a todos, y el presidente Leonel Fernández fuera Noé. El único con la potestad de abrir la puerta del “Arca” para salvar todo aquel que siente el agua por la barbilla.

Así se aprecia en cada una de las visitas inaugurales que el presidente Fernández está haciendo por las diferentes provincias del país.

En cada una de sus paradas desde tempranas horas comienzan a llegar humildes ciudadanos con folder, sobres, cartas y papelitos que envuelven la esperanza de un bienestar a corto plazo.

Esos humildes, los de abajo, no entienden que el sucesor de Leonel Fernández es de su mismo partido. Ni de los programas sociales que el entrante Danilo Medina prometió para con ellos en la campaña. Ni de la continuidad de poder.

Esos desafortunados del destino –si el destino existe- no confían en entregarle sus pedidos a las bellas, esbeltas, hermosas, y atractivas jóvenes de los “macutos” que en cada actividad recogen las correspondencias para el presidente. “No. A ellas no. E a Lionel”, dicen.

Cada día que pasa sienten que sus esperanzas se acortan. La ansiedad comienza a apoderarse de todo su ser y el miedo se desapodera de ellos. 

Es entonces cuando se les importa romper el protocolo, imponérseles a la seguridad y llegar hasta “su” presidente para entregarles folders, sobres, cartas y papelitos que llevan el pedido de un apartamento, casa, techo, cama, estufa, tanque de gas, maquina de coser, medicina, colaboración para operación y muchas cosas mas que para muchos son nimiedades, pero para quienes las piden son su mundo.

Por suerte que allá arriba, en tarima, por encima de los hombros de la seguridad presidencial encuentran la mano del presidente que los tomas, parece escuchar lo que le dicen y la sonríe.

Entonces, con la satisfacción de la meta alcanzada los humildes ciudadanos se marchan a sus casa contentos y con la esperanzas de recibir lo pedido antes del 16 de agosto, día en que el presidente Fernández se marcha sin decir adiós… Pero sí un “Hasta Pronto”

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