miércoles, 12 de agosto de 2009

Escándalo por mafia Cancillería dominicana obliga a cancelar ministro consejero


Santo Domingo, RD.- La destitución por parte del Poder Ejecutivo, mediante decreto 545-09, de fecha 29 de Julio 2009, de Radhamés Reyes Vásquez como Ministro Consejero en Nicaragua, ha puesto al descubierto una serie de irregularidades al interior de la Secretaria de Relaciones Exteriores de la República Dominicana, dejando al descubierto una trama de corrupción y complicidades que tocan hasta las puertas mismas del canciller.

La cancelación de Radhamés Reyes Vásquez como Ministro Consejero en Nicaraguase se hace efectiva este martes a solicitud del secretario de Relaciones Exteriores, ingeniero Carlos Morales Troncoso, quien precisamente acaba de ser designado como .

La disposición deroga el artículo 11 del decreto 1119-04 de fecha 7 de Septiembre del 2004, mediante el cual fue designado. Reyes Vásquez recibió la notificación este martes de parte de la embajada dominicana en Nicaragua.

Reyes Vásquez denunció hace poco que en la cancillería dominicana existe una mafia que sustrae cheques y falsifica pasaportes oficiales y diplomáticos, maneja nóminas fantasmas, tiene un peaje para el pronto pago o pagos a tiempo e incurre en miles de diabluras con el propósito de obtener dinero aún sea por medios ilícitos.

A Reyes Vásquez se le cancela después de desempeñarse en la posición durante cinco años y tras cuatro meses sin cobrar su salario.

“A los dueños de la cancillería dominicana no les preocupa la dignidad de nuestras misiones diplomáticas, ni la delicadeza ni la pulcritud en el manejo de los fondos del Estado; pero el nepotismo, abuso de poder, contratos al aire y los aumentos de sueldos al antojo y hasta a la muy íntima convicción, dependiendo del tamaño de los glúteos o los pechos del hombre o la mujer, son elementos a tomar en cuenta”, dice Reyes Vásquez, en comunicación pública.

La subsecretaria administrativa de la Cancillería, Sarah Güemez Naut, había revelado que unos 16 funcionarios del área diplomática que no cumplen con sus obligaciones serían suspendidos y destituidos.

Güemez Naut informó que Reyes Vásquez sería cancelado porque no asistió a su trabajo durante dos años y ante la retención de su pago, se presentó a reclamar el 9 de junio pasado.

En sus últimas declaraciones, Reyes Vásquez pidió que se solicitara al Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua una auditoría a los documentos de la embajada dominicana, y dijo que su solicitud ni fue respondida.

“Por aquellos predios existe, entre otras sabandijas, terroristas extranjeros que han sido acreditados, vehículos de lujo exonerados y con placas diplomáticas requeridas por el jefe de misión en su momento. Esto es un secreto a voces entre los integrantes de la embajada; pero ninguno de ellos, por las razones que sea, se atreve a denunciarlo y yo respeto enteramente esa actitud, porque les comprendo”, agregó el destituido consejero.

A continuación la declaración pública de Reyes Vásquez:

Radhamés Reyes-Vásquez

La embajada de la República Dominicana en Nicaragua me ha informado hoy que, correspondiendo a una solicitud hecha por el secretario de Relaciones Exteriores, el Poder Ejecutivo ha procedido a destituirme como Ministro Consejero después de desempeñarme en la posición durante cinco años y tras cuatro meses sin cobrar mi salario. En la comunicación no se incluye el decreto, pero contiene una referencia hecha por el departamento de Recursos Humanos de la Serex, como puede verse en el documento anexo.

Durante el pasado mes fui suspendido en mis funciones por treinta días, sin disfrute de sueldo, después de denunciar que en la cancillería dominicana existe una mafia que sustrae cheques y falsifica pasaportes oficiales y diplomáticos, maneja nóminas fantasmas, tiene un peaje para el pronto pago o pago a tiempo e incurre en miles de diabluras con el propósito de obtener dinero aun sea por medios ilícitos.

Ya no es simplemente el escándalo suscitado por la venta de pasaportes oficiales y diplomáticos, porque dentro de ese ministerio hay situaciones extremadamente graves. Entonces pedí al señor Morales Troncoso y al “canciller” Louis Bogaert una investigación. Sin embargo, ninguno de los jefes de cancillería tuvo la dignidad necesaria para corresponder a mi solicitud, lo que no me extraña nada. Sé que la dignidad es una virtud y las virtudes no se compran ni se venden por más dinero que se acumule.

Cuando hice la denuncia requerí del señor Morales Troncoso una investigación al respeto, pero él prefirió ejercer el poder, se hizo acompañar de la subsecretaria Guemez y, en un acto de indudable irresponsabilidad, como si se tratara de un magnífico logro político, juntos anunciaron a la prensa que habían solicitado al Poder Ejecutivo la revocación de mi designación. Desde que decidí hacer la denuncia dejé muy abierta la posibilidad de perder el empleo, exigí el pago de cuatro meses de salario y califiqué mi suspensión como un abuso de poder. Vuelvo a exigir el pago de cuatro meses de salario y, una vez más, porque tengo en Managua compromisos que cumplir, y sostengo y reitero todo lo que he dicho y seguiré diciendo hasta que se haga la investigación pertinente.

A los dueños de la cancillería dominicana no les preocupa la dignidad de nuestras misiones diplomáticas, ni la delicadeza ni la pulcritud en el manejo de los fondos del Estado; pero el nepotismo, el abuso de poder, los contratos al aire y los aumentos de sueldos al antojo, y hasta a la muy íntima convicción, dependiendo del tamaño de los glúteos o los pechos del hombre o la mujer, son elementos a tomar en cuenta.

En mis últimas declaraciones públicas pedí que se solicitara al Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua una auditoría a los documentos de la embajada dominicana y mi solicitud no ha sido ni será respondida, aunque hay por aquellos predios, entre otras sabandijas, terroristas extranjeros que han sido acreditados, vehículos de lujo exonerados y con placas diplomáticas requeridas por el jefe de misión en su momento. Esto es un secreto a voces entre los integrantes de la embajada; pero ninguno de ellos, por las razones que sea, se atreve a denunciarlo y yo respeto enteramente esa actitud porque les comprendo.

Si los hechos de corrupción que suceden a lo interno de la cancillería se resuelven con mi destitución, pues venga, bienvenida sea. Sé que he sido víctima de un burdo abuso de poder, pero sostengo y reitero que hay una gran corrupción en la cancillería dominicana, consciente de que esto no es un agravio porque digo la verdad.

Tuve esperanza de que se hiciera una investigación ante mis denuncias, pero ya veo que ha sido en vano y me niego a creer que el presidente Leonel Fernández está enceguecido y ciego por la deshumanizante vanidad del poder.

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